La Fuerza Terrestre de Autodefensa de Japón,
en japonés 陸上自衛隊 (Rikujō Jieitai?), o JGSDF según sus siglas en inglés (Japan Ground
Self-Defense Force), es la rama terrestre de las Fuerzas de Autodefensa de Japón,
la mayor de las tres que la componen. La JGSDF opera bajo el mando del jefe de
Estado Mayor terrestre, con base en la ciudad de Ichigaya (Tokio). El actual
jefe (2008) es el general Ryoichi Oriki.
Índice [ocultar]
1 Historia
2 Organización
2.1 Organización
táctica
2.2 Fuerzas
especiales
2.3 Organización
regional
3 Entrenamiento
4 Rangos
5 Equipo
5.1 Equipo en
servicio
5.1.1 Tanques
5.1.2 Vehículos
de combate de infantería
5.1.3 Artillería
autopropulsada
5.1.4 Artillería
remolcada
5.1.5 Morteros
5.1.6 Vehículos
blindados
5.1.7 Transportes
de infantería blindados
5.1.8 Vehículos
de defensa antiaérea
5.1.9 Cañones
antiaéreos
5.1.10 Misiles
tierra-tierra
5.1.11 Misiles
antiaéreos
5.1.12 Otros
vehículos
5.1.13 Armas
ligeras
5.2 Aviación
5.3 Futuro
equipamiento
5.4 Antiguo
equipo (fuera de inventario)
5.4.1 Armas
ligeras
5.4.2 Tanques
6 Referencias
7 Véase también
8 Enlaces
externos
Historia[editar]
Japón aceptó la
Declaración de Postdam en 1945 y, basándose en el artículo 9 de la misma, el
Ejército Imperial Japonés y la Armada Imperial Japonesa fueron abolidos y
reemplazados por el ejército de ocupación dirigido por las fuerzas armadas de
los Estados Unidos, que se hicieron cargo de la defensa japonesa.
El Gabinete de
Seguridad Nacional se creó en 1952. Como consecuencia de la Guerra de Corea, la
fuerza de reserva de la policía, la Guardia Marítima y el cuerpo antiminas de
la Agencia de Seguridad marítima se reorganizaron constituyendo la Fuerza de
Seguridad Nacional, con funciones de guarnición.
El 1 de julio de
1954 el Gabinete de Seguridad Nacional se constituyó en la Agencia de Defensa,
y la Fuerza de Seguridad Nacional y la guarnición fueron reorganizadas
posteriormente como la Fuerza de Autodefensa Terrestre, la Fuerza de
Autodefensa Marítima y la Fuerza de Autodefensa Aérea. La Agencia de Defensa se
convirtió en el Ministerio de Defensa el 9 de enero de 2007.
La Fuerza de
Autodefensa está concebida para rechazar un ataque, repeler una pequeña
invasión o realizar una acción retardadora hasta recibir refuerzos de fuerzas
aliadas. Ni está equipada ni consta de personal suficiente como para realizar
una defensa eficaz por sí sola. No se le permite tener una fuerza de infantería
de marina ni constituirse en una gran fuerza militar. Hay restricciones
adicionales en cuanto a portaaviones, cruceros y bombarderos estratégicos, en
definitiva: sólo se le permite tener equipo defensivo y carece de potencial
ofensivo fuera de su área de acción.
La Fuerza
Terrestre de Autodefensa es la mayor de las tres ramas que componen la Fuerza
de Autodefensa. Está bajo las órdenes del jefe de estado mayor y su cuartel
general está en Ichigaya (Tokio). Aunque se le permite un número máximo de
180.000 efectivos, en 1992 estaba constituida por el 86% de esa cantidad aproximadamente
(unos 156.000 efectivos) debido a restricciones presupuestarias, lo que
constituía una cantidad insuficiente para un despliegue operativo. Debido a
ello la proporción de oficiales es muy alta y, en momentos de crisis el
personal de tropa necesario sería cubierto por voluntarios o reservistas. Sin
embargo las reservas -unos 46.000 efectivos- cuentan con escaso entrenamiento
profesional.
Organización[editar]
Cuartel general
del Ejército Medio del JGSDF en Itami.
Organización
táctica[editar]
El GSDF está
compuesto por las siguientes unidades tácticas:
Una división
acorazada (la 7.ª),
nueve divisiones
de infantería (en un principio eran doce), cada una formada por tres o cuatro
regimientos del tamaño de batallones,
una brigada
aeromóvil,
dos brigadas
mixtas (la 1.ª y la 2.ª),
cuatro brigadas
de instrucción,
una brigada de
artillería con dos grupos,
dos brigadas de
defensa aérea con tres grupos,
una brigada de
helicópteros con 24 escuadrones y dos pelotones de helicópteros antitanque.
Las divisiones de
la JGSDF pueden ser de 9.000 o 7.000 efectivos.
Una brigada de la
JGSDF es una fuerza de armas combinadas que aglutina unidades de infantería,
acorazadas, de artillería, de apoyo y logísticas. Es una entidad independiente
regionalmente y permanente. Aunque su función es similar a la de una división,
teniendo la capacidad de entrar en combate en un frente, es más pequeña que
aquélla, disponiendo de entre 3.000 y 4.000 efectivos.
Fuerzas
especiales[editar]
Están
constituidas por:
CRF: Central
Readiness Force (中央即応集団 Chūō Sokuō Shūdan): Nerima, Tokio
SOG: Grupo de
Operaciones Especiales (特殊作戦群 Tokushu Sakusen Gun)
1ª Brigada Aeromóvil
1ª Brigada de Helicópteros
Regimiento de Infantería del Ejército Occidental (西部方面普通科連隊 Seibu Hōmen Futsū-ka Rentai)
Rangers
Organización
regional[editar]
Un aspirante a
oficial de la JGSDF prueba un visor nocturno PDF-14 durante el programa de
intercambio de observadores japoneses en Camp Schwab.
Ejército del
Norte, el mayor, con cuartel general en Sapporo, Hokkaidō, donde las
limitaciones impuestas por la geografía y la población son menores que en otros
lugares.
2.ª División
7.ª División
Acorazada
5.ª Brigada
11.ª Brigada
1.ª Brigada de
Artillería
1.ª Brigada de
Artillería Antiaérea
3.ª Brigada de
Ingenieros
Arsenal de
Hokkaido (Septentrional)
Ejército
Nororiental, con cuartel general en Sendai, Miyagi
6.ª División
9.ª División
2.ª Brigada de
Ingenieros
Brigada Mixta del
Ejército Nororiental
Arsenal de Tohoku
(Nororiental)
Ejército
Oriental, con cuartel general en Nerima, Tokio
1.ª División
12.ª Brigada
1.ª Brigada de
Ingenieros
1.ª Brigada de
Instrucción
Arsenal de Kanto
(Oriental)
Ejército Central,
con cuartel general en Itami, Hyōgo
3.ª División
10.ª División
13.ª Brigada
14.ª Brigada
4.ª Brigada de
Ingenieros
2.ª Brigada de
Instrucción
Arsenal de Kansai
(Central)
Ejército
Occidental, con cuartel general en Kengun, Kumamoto
4.ª División
8.ª División
1.ª Brigada Mixta
2.ª Brigada de
Artillería Antiaérea
5.ª Brigada de
Ingenieros
3.ª Brigada de
Instrucción
Arsenal de Kyushu
(Occidental)
Otras unidades y
organizaciones
Mando de Control
y Material
Mando de
Desarrollo e Investigación terrestre
Brigada de
Señales
Policía Militar
Mando de
Inteligencia Militar
Mando de
Seguridad e Inteligencia
Colegio de
Oficiales de Tierra
Escuela de
aspirantes a oficiales de tierra
Otros
Entrenamiento[editar]
Candidatos a
oficiales de la Fuerza de Autodefensa Terrestre.
En 1989 el
entrenamiento básico para graduados en la academia secundaria empezaba en la
brigada de instrucción y duraba aproximadamente tres meses. Existían cursos
para suboficiales y reclutas especializados en distintas escuelas, y los
suboficiales cualificados podían realizar un programa para convertirse en tenientes
en un curso de ocho a doce semanas de duración. Los suboficiales con antigüedad
y los graduados de un curso piloto para suboficiales de 80 semanas eran
candidatos para ingresar en las escuelas de aspirantes a oficiales, así como
los graduados de la Academia de Defensa Nacional de Yokosuka y los graduados
superiores de todas las universidades. La GSDF imparte también cursos técnicos
avanzados, de vuelo, médicos y de formación de estado mayor. Al igual que la
Marina y la Fuerza Aérea, la GSDF tiene un programa para jóvenes cadetes que
proporciona enseñanza técnica a graduados de secundaria baja menores de edad, a
cambio de un compromiso de alistamiento.
Debido a la gran
densidad de población de Japón, el número de lugares disponibles para maniobras
a gran escala es escaso, e incluso en estas áreas las limitaciones de ruido son
un problema. La GSDF ha intentado superar esta situación realizando ejercicios
y maniobras sobre el mapa y mediante el uso de simuladores y otros dispositivos
de instrucción.
as Fuerzas de
Autodefensa de Japón (自衛隊
Jieitai?), es el Ejército establecido en Japón tras el fin de la ocupación estadounidense del país tras la II Guerra Mundial. Durante la mayor parte del periodo de
posguerra estas fuerzas estuvieron confinadas a las islas de Japón por decreto y no
se les permitía desplegarse en el extranjero. Sin embargo, en los últimos años, y siempre bajo
autorización estadounidense,
han participado en operaciones internacionales de mantenimiento de paz.1
Recientes tensiones, particularmente con Corea del Norte2 y China,3 han
reactivado el debate acerca del estatus de las Fuerzas de Autodefensa y su
relación con la
sociedad.4
Índice
[ocultar]
1 Personal y organización
1.1 Cadena de mando
1.1.1 Operativa
1.1.2 Administrativa
1.2 Ramas militares
1.3 Unidades militares
2 Política de defensa
2.1 Artículo 9
2.2 Reformas recientes
3 Historia
3.1 Primeros pasos
4 Uniformes e insignias
5 Reclutamiento y condiciones de servicio
6 Misiones y despliegue
6.1 Mantenimiento de paz
7 Papel en la vida nacional
8 Figuras notables de las Fuerzas de
Autodefensa
9 Referencias
9.1 Notas al pie
9.2 Otras referencias
10 Lecturas recomendadas
11 Enlaces externos
Personal y organización[editar]
Las Fuerzas de Autodefensa de Japón se componen de
230.300 hombres (2010), de los cuales 147.737 pertenecen a la Fuerza Terrestre
de Autodefensa, 44.327 a la Fuerza Marítima de Autodefensa, 45.517 a la Fuerza Aérea de Autodefensa y 1.849 a la Oficina del
Estado Mayor Conjunto. Por su parte, los reservistas suman 57.899.5
Marineros japoneses en formación junto al
buque-escuela de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, el JDS Kashima (TV 3508) en Pearl Harbor.
Cadena de mando[editar]
Operativa[editar]
Primer Ministro de Japón
Ministro de Defensa
Viceministro de Defensa
Jefe de la Oficina del Estado Mayor Conjunto
Administrativa[editar]
Ministro de Defensa
Viceministro de Defensa
Jefes de Estado de las diferentes Fuerzas
Ramas militares[editar]
Fuerza Terrestre de Autodefensa (Ejército de tierra)
Flag of JSDF.svg
Fuerza Marítima de Autodefensa (Armada) Naval Ensign of
Japan.svg
Fuerza Aérea de Autodefensa (Fuerza Aérea) Flag of JASDF.png
Unidades militares[editar]
Cinco cuerpos de ejército.
Cinco distritos marítimos.
Tres fuerzas aéreas.
De acuerdo con la Ley de Fuerzas de Autodefensa
de 1954, la organización de la defensa nacional busca en todo momento que las fuerzas armadas
se encuentren bajo un férreo control civil, resultando así un sistema militar único en el mundo. Todo el personal adscrito a las Fuerzas de Autodefensa
son técnicamente
civiles: los uniformados son funcionarios especiales y están subordinados a los funcionarios civiles que
dirigen el Ministerio de Defensa. No existen secretos militares ni un código legal militar
específico; en caso de
que algún miembro de las
Fuerzas cometiese un delito ya sea en su propia base o fuera de ella, en acto
de servicio o no y de naturaleza civil o militar, éste sería juzgado de forma convencional por el tribunal civil de la jurisdicción correspondiente.
Política de defensa[editar]
En la Política Básica de Defensa Nacional de Japón se marcan las siguientes directrices:6
Mantenimiento de una política exclusivamente orientada a la defensa.
No incrementar el poder militar para evitar
recelos de otros países.
Abstenerse del desarrollo de armas nucleares y
rechazo a la presencia de este tipo de armas en territorio nacional.
Reforzar el control civil sobre los militares.
Mantenimiento de acuerdos de seguridad con los
Estados Unidos.
Desarrollo dentro de unos límites de las
capacidades defensivas del país.
En 2011, el presupuesto de defensa de Japón fue el sexto
mayor gasto militar del mundo. Sobre un 50% de este gasto corresponde a los
salarios del personal, mientras que el resto se dedica a suministros,
armamento, renovación de material, etc.7 Como muestra de la controversia existente alrededor
de las Fuerzas y su estatus legal, ni el término japonés 軍 con el significado de fuerza armada o militar, ni los
vocablos "militar", "ejército", "armada" o "fuerza
aérea" son
empleados en referencias oficiales a las Fuerzas de Autodefensa.
Artículo 9[editar]
En teoría, el rearme japonés está terminantemente prohibido por el Artículo 9 de la Constitución de Japón, el cual además de afirmar que "el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como un
derecho soberano de la nación y a la amenaza o uso de la fuerza como medio para resolver disputas
internacionales", también declara que "nunca podrán mantenerse fuerzas de tierra, mar y aire, así como cualquier otra con potencial bélico." En la
práctica, sin
embargo, el Parlamento (definido en el Artículo 41 como "el máximo órgano de los poderes del Estado"), aprobó en 1954 la constitución de las Fuerzas de Autodefensa. Debido a su
peculiar estatus, cualquier intento de mejorar las capacidades y el presupuesto
de las Fuerzas suele ser motivo de controversia política. Como las Fuerzas de Autodefensa de Japón tienen muy
limitadas sus posibilidades de operaciones en el exterior, apenas cuentan con
medios para llevarlas a cabo, tales como misiles tierra-tierra o sistemas de
reabastecimiento en vuelo, cuerpos de infantería de marina, unidades anfibias o grandes
arsenales. Las Ordenanzas de las Fuerzas están estrictamente reguladas en la Ley de Fuerzas
de Autodefensa de 1954.
Reformas recientes[editar]
Las pruebas realizadas por Corea del Norte con
su misil balístico Taepodong-1 sobre espacio aéreo japonés8 en agosto de 1998 así como otras sucesivas9 junto con otros asuntos han llevado a una
escalada de tensión entre ambos países10 que a su vez ha provocado un aumento del interés por parte de Japón en desarrollar
un sistema anti-misiles balísticos. Dicho sistema, compuesto por navíos de combate Aegis y misiles Patriot PAC-3, se
encuentra en proceso de despliegue. Asimismo se está considerando permitir la activación del sistema en
caso de amenaza sin necesidad de consultar al Parlamento. En diciembre de 2004,
Japón y los Estados
Unidos firmaron un memorandum para el establecimiento de un marco general de
cooperación para el
desarrollo de un sistema marítimo anti-misiles.6
En noviembre de 2005 fueron propuestas diversas
revisiones a la Constitución según las cuales se crearía el Ministerio de Defensa y podría hacerse referencia a las Fuerzas de Autodefensa como fuerza militar
por primera vez desde su creación. La expresión propuesta es "Con la intención de asegurar la paz y la independencia de
nuestro país así como la seguridad
del Estado y el pueblo, las Fuerzas Militares de Autodefensa realizarán su trabajo a las
órdenes del Primer
Ministro del gobierno como Comandante Supremo." En los últimos años la enmienda ha
ido ganando apoyo popular.11 El 8 de junio de 2006, el gobierno japonés envió al Parlamento una
propuesta por la cual se elevaba la Agencia de Defensa a la categoría de Ministerio.
Dicha propuesta fue aprobada en diciembre de 2006.12
Japón también ha estrechado sus lazos militares con Australia y los líderes de ambos países se encuentran
en conversaciones para alcanzar un pacto militar en Asia de características similares a
la OTAN.13
Historia[editar]
La actuación del Ejército Imperial Japonés que terminó con la derrota de Japón en la II Guerra Mundial supuso un profundo y duradero impacto en la
actitud de la nación hacia todo lo relacionado con guerras, fuerzas armadas e
intervenciones militares en política. Estas actitudes se hicieron aparentes en el pueblo con la aceptación de no sólo el desarme
total, desmovilización y purga de todos los líderes militares que ocupaban puestos de influencia pública tras la
guerra, sino también la prohibición constitucional de cualquier rearme. Bajo las órdenes del General del Ejército de los Estados Unidos Douglas MacArthur
como Comandante Supremo, las Fuerzas Aliadas comenzaron la desmilitarización y democratización de Japón. Todos los
clubs, escuelas y sociedades relacionadas con lo militar fueron eliminadas. Las
artes marciales fueron prohibidas. Se abolió el Estado Mayor así como los Ministerios del Ejército y de Marina
y sus respectivas fuerzas, el Ejército y la Armada Imperiales. También se desmanteló el tejido industrial bélico. Esta "desmilitarización forzosa" no
siempre contó con el beneplácito de los japoneses, y se realizaron sonadas acciones de protesta
contra una política que presumiblemente humillaba a la nación derrotada en la Segunda Guerra Mundial.
El trauma del ataque nuclear estadounidense
produjo gran terror en el pueblo, terror que acompaño a la Constitución de 1947 redactada por las autoridades
estadounidenses y en la que, en su Artículo 9, la nación japonesa renunciaba para siempre al empleo de la guerra como medio de
resolución de conflictos
internacionales y declara que Japón nunca volverá a mantener "fuerzas terrestres, marítimas o aéreas ni ningún otro potencial militar". Posteriores gobiernos interpretaron
estos puntos como una forma de conservar el derecho inherente de la nación a defenderse, de
modo que, con apoyo de los Estados Unidos, comenzaron el desarrollo de las
Fuerzas de Autodefensa, cuya legitimidad constitucional fue desafiada de forma
notable en los años 70 e incluso en los 80.14
Primeros pasos[editar]
Despojada de su capacidad militar tras 1945, la
nación solamente
contaba con fuerzas de ocupación y pequeños grupos de policía a los que debía confiar su seguridad. La escalada de tensión propia de la Guerra Fría junto con diversas huelgas y manifestaciones
de izquierdas celebradas en Japón, llevaron a algunos líderes conservadores a cuestionarse la renuncia unilateral de la nación a desarrollar y
mantener cualquier tipo de capacidad militar. Estos sentimientos se
intensificaron en 1950 cuando gran parte de las tropas de ocupación fueron enviadas
a la Guerra de Corea (1950-53), dejando a Japón virtualmente indefenso ante cualquier acción subversiva
interna y muy consciente de la necesidad de establecer una relación mutua de defensa
con los Estados Unidos para garantizar la seguridad exterior de la nación. Animado por las
autoridades ocupantes, el gobierno japonés autorizó en julio de 1950 la creación de una Reserva Nacional de Policía compuesta de 75.000 hombres equipados con armas de infantería ligera.
De acuerdo con los términos del Tratado de Cooperación Mutua y
Seguridad entre los Estados Unidos y Japón, ratificado en 1952 con el tratado de paz que Japón había firmado con los Estados Unidos y otros países, las fuerzas estadounidenses establecidas
en Japón tenían la obligación de afrontar cualquier
agresión externa contra
Japón, mientras que
las fuerzas japonesas, tanto terrestres como marítimas, deberían intervenir en los problemas internos y
desastres naturales. Como consecuencia de estos acuerdos, a mediados de 1952 la
Reserva Nacional de Policía fue ampliada hasta los 110.000 hombres y fue renombrada como Fuerzas
Nacionales de Seguridad. La Fuerza Costera de Seguridad, que había sido organizada
en 1950 como un equivalente marítimo de las Reserva Nacional de Policía, fue transferida a la Agencia Nacional de
Seguridad constituyendo el embrión de una futura Armada.
A medida que Japón percibía la posibilidad de recibir crecientes amenazas del exterior sin contar
con fuerzas adecuadas para combatirlas, las Fuerzas Nacionales de Seguridad
experimentaron un gran desarrollo que desembocó en importantes problemas políticos. La cláusula de renuncia
a la guerra contemplada en la Constitución fue la base para la aparición de importantes objeciones políticas a cualquier tipo de fuerza armada distinto de un Cuerpo de Policía convencional.
Pese a todo, en 1954 se constituyeron tres fuerzas separadas de tierra, mar y
aire con propósitos estrictamente defensivos sujetas al mando del Primer Ministro.
Para evitar la reaparición del militarismo, los líderes nipones remarcaron las garantías
constitucionales en pos del control del Gobiernos y los militares por parte de
civiles, así como el uso de términos no
militares en la estructura de la organización y funciones de las Fuerzas. Al principio, los
carros de combate eran denominados "vehículos especiales"; el departamento
administrativo encargado de las Fuerzas tenía rango de Agencia en lugar de ser un
Ministerio al uso y las distintas ramas de las fuerzas armadas recibieron los
nombres de Fuerza Terrestre, Marítima y Aérea de Autodefensa en lugar de los nombres convencionales de Ejército de Tierra,
Armada y Fuerza Aérea.
Aunque la posesión de armas nucleares no está explícitamente
prohibida en la constitución, Japón, como única nación en el mundo verdaderamente consciente de la devastación provocada por
los ataques nucleares, no tardó en expresar su repulsa hacia las armas nucleares y su intención de no
adquirirlas jamás. La Ley Básica de la Energía Atómica de 1956
limita la investigación, desarrollo y utilización de la energía nuclear para únicamente fines pacíficos, emanando de ella una política nacional conocida como los "tres principios no nucleares"
(prohibición de poseer,
manipular e introducir en el país armas nucleares). En 1976 Japón ratificó el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (adoptado por el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas en 1968) y reiteró su intención de nunca "desarrollar, usar o permitir el transporte de armas
nucleares a través de su territorio". Sin embargo, a causa del alto nivel tecnológico del país y la gran
cantidad de centrales nucleares operativas, Japón suele ser considerado un país
"nuclearmente capacitado"; por ejemplo, podría desarrollar un arma utilizable en un corto
período en caso de que
la situación política cambiase de
forma signficativa.14
Uniformes e insignias[editar]
Para más detalles, véase el artículo Rangos e insignias militares de las Fuerzas de Autodefensa de Japón
Los uniformes de vestir de las tres ramas de
Fuerzas de Autodefensa son de estilo similar a los de las fuerzas
estadounidenses. Los uniformes de las Fuerza Terrestre son de color verde
oliva, el personal de la Fuerza Marítima lleva bien el clásico uniforme de vestir azul y blanco o bien el uniforme caqui de campaña; y el personal
de la Fuerza Aérea utiliza el mono azul típico de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Las Fuerzas Terrestre y Marítima comparten el
uniforme de campaña, parecido a su vez al utilizado por el Bundeswehr alemán solo que con
tonos más ligeros de marrón y verde; por su
parte la fuerza aérea tiene su propio camuflaje consistente en un patrón marrón y ocre similar
al utilizado por las Reales Fuerzas Armadas Holandesas. El Arma de adscripción de los miembros
de la Fuerza Terrestre está indicada por la insignia correspondiente y un color distintivo: rojo
para la Infantería, amarillo para la Artillería pesada, naranja para las unidades acorazadas, violeta para los
ingenieros, verde claro para la Artillería ligera, verde para los Servicios Médicos, azul claro para las unidades aéreas, azul para
las compañías de señales; marrón para la
Intendencia, violeta oscuro para las unidades de transporte, blanco para las
unidades aerotransportadas y azul oscuro para el resto. La insignia de la
Fuerza Terrestre es la sakura (flor del cerezo japonés) flanqueada por dos ramas de hiedra, junto
con un galón centrado en la
parte inferior entre las bases de las ramas; la de la Fuerza Marítima consiste en
un ancla bajo una flor de cerezo rodeada por los lados y por debajo por ramas de
hiedra; por último, la de la Fuerza Aérea se compone de un águila heráldica bajo la cual se sitúa una estrella y una media luna flaqueada por alas estilizadas.
Reclutamiento y condiciones de servicio[editar]
En 1992, las tres ramas de las Fuerzas de Autodefensa
contaban con 246.400 hombres en activo a los que había que sumar 48.400 reservistas. Incluso
activando todo este personal en la reserva, el país posee una tasa de personal militar por
habitante inferior a cualquier país de la OTAN. De las grandes naciones asiáticas, solamente India e Indonesia poseen una
tasa más baja.
Las Fuerzas de Autodefensa se componen en
exclusiva de voluntarios. El servicio militar de por sí no está prohibido por ley, pero muchos ciudadanos consideran que el Artículo 18 de la
Constitución de Japón, que prohíbe el servicio
obligado excepto como pena por la comisión de algún delito, establece la prohibición legal de cualquier forma de servicio militar. Incluso en ausencia de
una interpretación tan estricta, parece prácticamente imposible la realización de llamamientos a filas.
El personal uniformado de las Fuerzas de
Autodefensa comienza su carrera como soldados o marineros, empleo que ocuparán un tiempo
determinado. En el caso de los reclutas de las fuerzas terrestres suelen ser
dos años, o tres para
aquellos que desean formarse en alguna especialidad técnica. Para los reclutas de las fuerzas marítima y aérea el periodo
suele ser de tres años. Los candidatos a oficiales, cadetes de la Academia de la Defensa
Nacional de Japón o de la Facultad de Medicina de la Defensa Nacional, así como los
candidatos a puestos de especialización técnica permanecen
alistados por tiempo indefinido. La formación en la Academia de la Defensa Nacional y en
las escuelas técnicas suele ser de 4 años, mientras que en la Facultad de Medicina de la Defensa Nacional el
tiempo se alarga hasta los 6 años.
En el momento de la formación de las Fuerzas
de Autodefensa, las mujeres solamente eran admitidas en los servicios de
enfermería. Posteriormente
sus posibilidades fueron creciendo al permitírseles entrar en el servicio de comunicaciones
de la Fuerza Terrestre en 1967 y en los de las Fuerzas Aérea y Marítima en 1974. En 1991 las Fuerzas de Autodefensa contaban con más de 6.000 mujeres
y podían optar al 80% de
los puestos, teniendo vetados aquellos que requerían exposición directa al combate. La primera promoción mixta de la
Facultad de Medicina de la Defensa Nacional se graduó en marzo de 1991, mientras que la Academia de
la Defensa Nacional admitió mujeres por primera vez en 1992.
Como consecuencia de un sentimiento que parece
continuación de la apatía o antipatía surgida tras la
Segunda Guerra Mundial hacia las fuerzas armadas, las Fuerzas de Autodefensa
están encontrando
dificultades para reclutar nuevo personal. Tienen que competir con los grandes
sueldos de las industrias, de modo que gran parte de los alistados son
voluntarios "persuadidos" tras terminar su periodo de reclutas.
Normalmente son las prefecturas rurales las que proporcionan un mayor número de reclutas a
las Fuerzas de Autodefensa; en zonas como el sur de Kyushu y Hokkaido, donde
las oportunidades de empleo son limitadas, los reclutas están bien vistos por
la población, todo lo
contrario que en zonas urbanas como Tokio y Osaka.
A causa de que todos los miembros de las
Fuerzas son técnicamente civiles y además voluntarios, pueden renunciar a su puesto en cualquier momento. Muchos
de los alistados se ven atraídos por los altos salarios de los empleos civiles, de modo que los
oficiales de la Agencia de Defensa se quejan constantemente de que la empresa
privada se dedique a intentar contratar a su personal. Los intentos de las
autoridades por detener estas prácticas mediante amenazas de sanción a aquellas empresas con contratos de Defensa que las realicen. De
todas formas, ante la falta de mano de obra que sufre el país es más que probable que
el problema continúe.
Algunos oficiales antiguos consideran que los
miembros de las Fuerzas actuales no son comparables con los militares que
componían las Fuerzas
Armadas Imperiales, si bien las Fuerzas de Autodefensa son normalmente vistas
como profesionales y capacitadas. En comparación con sus homólogos de otros países, cabe decir que los miembros de las Fuerzas
de Autodefensa reciben una importante educación y entrenamiento físicos. La alfabetización es universal y la enseñanza, extensiva. El personal también es formado en
distintas artes marciales como el judo o el kendo, y los estándares físicos solicitados
son muy altos y estrictos. Pese a todo, las Fuerzas de Autodefensa no atraen a
los jóvenes de la misma
manera que otras instituciones de Japón. Los graduados de las principales universidades no suelen entrar en
las Fuerzas, y los aspirantes a ingresar en la Academia Nacional de la Defensa
suelen ser equiparados a aquellos estudiantes que intentan entrar en las
universidades locales de segunda fila.
Las condiciones de vida de los militares hacen
que el iniciar una carrera en las Fuerzas de Autodefensa no sea tan atractivo
como entrar a trabajar en la empresa privada u optar a algún puesto de funcionario. Las condiciones del
servicio actual suponen menor dignidad, prestigio y comodidad que las del
servicio prestado antes de la II Guerra Mundial, momento en que el militarismo
en Japón estaba en su
punto álgido y los líderes militares
eran considerados personas influyentes no sólo en la vida militar sino en todos los ámbitos del
Gobierno. Para la mayoría de los miembros del estamento militar, la profesión castrense ofrece un nivel de vida inferior a
cualquier ocupación civil. Aquellos que deciden entrar en las Fuerzas de Autodefensa
suelen ser considerados por la sociedad, como personas incapaces de encontrar
un empleo mejor.
Como funcionarios especiales, el personal de
las Fuerzas de Autodefensa recibe sus salarios de acuerdo a las escalas
retributivas aplicadas a los funcionarios civiles, en las cuales no hay
distinción de rango. Esto
lleva a situaciones inverosímiles, siendo posible que un subordinado cobre más que su comandante: por ejemplo, los
suboficiales más antiguos tienen salarios más altos que los nuevos oficiales recién salidos de la Academia pese a tener un rango
superior. Asimismo, las autoridades de Defensa no pueden contemplar en su
presupuesto ninguna partida dedicada al aumento de sueldos. La edad de retiro
para los altos oficiales va desde los 53 a los 55 años, mientras que la del resto oscila entre los
50 y 53. A menudo estos límites son extendidos como forma de mitigar la falta de nuevos reclutas.
A finales de los 80, la Agencia de Defensa, preocupada por la dificultad de sus
retirados para encontrar un empleo, comenzó a ofrecer a sus miembros más mayores la
posibilidad de aprender un oficio y de ser trasladados a unidades cercanas a
los lugares donde tenían pensado asentarse tras su retiro. Desde octubre de 1987, la Asociación de Colocación de las Fuerzas
de Autodefensa proporcionó asistencia y nuevos empleos al personal retirado. Asimismo, este
personal recibe una pensión inmediatamente después de abandonar el servicio activo, unos 10 años antes de lo que lo hacen los funcionarios
civiles convencionales. Durante la década de los 90 la financiación de este sistema de pensiones comenzó a ser un problema importante al producirse un
notable envejecimiento de la población.
Los beneficios de los que disfruta el personal
de las Fuerzas no es comparable a los proporcionados a los militares en activo
de las Fuerzas Armadas de otros países desarrollados. La asistencia sanitaria se articula alrededor de una
red de centros encabezada por el Hospital Central de las Fuerzas de Autodefensa
junto con 14 hospitales regionales y 165 clínicas en instalaciones militares y buques, si
bien solamente cubre exámenes médicos y el tratamiento de enfermedades y lesiones sufridas en acto de
servicio. No cuentan con privilegios económicos o comerciales como economatos u otros descuentos. Otro de los
grandes problemas es la vivienda, ya que muchas veces las autoridades prefieren
fomentar que los militares se instalen en barrios civiles cercanos a los
cuarteles que mejorar las instalaciones situadas dentro de las bases.14
Misiones y despliegue[editar]
A pesar del estatus de Japón como potencia mundial, la nación siempre ha
descargado su responsabilidad de defensa de la región. El haber renunciado a la guerra, a mantener
cualquier potencial bélico y a poseer armas nucleares, llevó a pensar que el país solamente debería contar con la mínima estructura de defensa necesaria para poder
afrontar ataques del exterior. Dentro de esos límites, la Ley de Fuerzas de Autodefensa de 1954
sienta las bases de las que han surgido varias formulaciones acerca de la misión de las Fuerzas.
La ley afirma que las fuerzas de tierra, mar y aire deben preservar la paz, la
independencia y la seguridad nacional mediante el desarrollo de operaciones que
defiendan al país de cualquier ataque directo o indirecto.
El marco general de desarrollo de las misiones
de las Fuerzas de Autodefensa se encuentra en la Política Básica de Defensa Nacional adoptada por el Gobierno de Japón en 1957 y todavía en vigor. Según este documento,
la seguridad nacional debe ser preservada con ayuda de las Naciones Unidas y la
cooperación internacional,
estabilizando la política interior, desarrollando de forma gradual un sistema efectivo de
autodefensa y tratando cualquier intento de agresión exterior de acuerdo a los acuerdos de
seguridad firmados por Japón y los Estados Unidos (previamente a la aparición de la ONU).
Los términos tan generales que respaldan las posibles operaciones militares
dejan abiertas distintas posibilidades de interpretación y son fruto de críticas acerca de que la nación no cuenta con
una estrategia militar definida. En el Resumen del Programa de Defensa Nacional
de 1976, el Gobierno observó que era necesario definir las diferentes misiones de forma más específica mediante
diversos criterios para el mantenimiento y las operaciones de las Fuerzas de
Autodefensa. Según estas directrices, en caso de un ataque limitado y a pequeña escala, las
fuerzas japonesas podría responder de forma adecuada y rápida a la situación. Si el ataque enemigo supera las posibilidades de contraataque de las
Fuerzas de Autodefensa, éstas intentarían retener al atacante hasta que los Estados Unidos pudieran enviar
efectivos en su ayuda. En caso de ofensiva nuclear, Japón debería confiar en la capacidad disuasoria de los Estados Unidos. Para cumplir
sus misiones, las Fuerzas de Autodefensa pueden mantener sistemas de
vigilancia, prepararse para responder a ataques directos e indirectos, ser
capaz de proporcionar apoyo logístico e intervenir en catástrofes naturales.
El programa especificaba cuotas de personal y
equipamiento para cada rama de las Fuerzas según diversas estimaciones de sus necesidades.
Asimismo se marcaban los elementos particulares propios de cada misión. La Fuerza
Terrestre de Autodefensa tiene por objetivo defender la nación de cualquier
ataque por tierra o amenaza a la seguridad nacional pudiendo desplegarse en
cualquier parte del país, así como proteger las bases del conjunto de las Fuerzas de Autodefensa. La
Fuerza Marítima se encarga de
afrontar las invasiones por mar, detectar minas, patrullar e inspeccionar las
aguas territoriales, y guardar y defender los puertos, bahías y estrechos. La Fuerza Aérea de Autodefensa
debería contar con
capacidad para interceptar aviones y misiles enemigos, dar soporte a las
unidades marítimas y terrestres, realizar misiones de reconocimiento y transporte
para cualquier unidad de las Fuerzas y mantener unidades aerotransportadas de
respuesta rápida.
La Estimación a Medio Plazo para el periodo fiscal 1986-1990
contempló la modernización y expansión del papel de las
Fuerzas de Autodefensa. Mientras se mantuvieran vigentes los acuerdos de
seguridad entre Japón y Estados Unidos y el carácter exclusivamente defensivo marcado por la Constitución, este programa
emprendió una serie de
mejoras moderadas de las capacidades de defensa. Entre los objetivos específicos se
encontraban la modernización de la defensa aérea mediante la compra de nuevos aviones de caza y misiles tierra-aire,
mejorar las operaciones submarinas con destructores adicionales y aviones de
patrulla y una evolución de los servicios de inteligencia, reconocimiento y comunicaciones. Se
alcanzaron gran parte de los objetivos del programa, si bien las marcas
establecidas por la Estimación para el periodo 1991-1995 fueron de menor calado.
El papel de las Fuerzas de Autodefensa en los
desastres naturales está definido en el Artículo 83 de la Ley de Fuerzas de Autodefensa de 1954, siendo necesario
que los gobernadores de las prefecturas soliciten su ayuda para que intervengan
ante incendios, terremotos, búsquedas de personas desaparecidas, rescates y refuerzo de diques en caso
de inundaciones. Las Fuerzas de Autodefensa nunca han sido utilizadas en
labores policiales, y es poco probable que alguna vez les sean encomendadas
tareas de seguridad interior en el futuro.14
Mantenimiento de paz[editar]
Detalle del uniforme de un soldado de las
Fuerzas de Autodefensa destinado en Bagdad, capital de Irak (Abril de 2005).
En junio de 1992, el Parlamento aprobó la Ley de
Cooperación en Misiones de
Mantenimiento de Paz de la ONU según la cual se permitía a las Fuerzas de Autodefensa participar bajo bandera de la ONU en
operaciones médicas, repatriación de refugiados, apoyo logístico, reconstrucción de infraestructuras, observación de procesos electorales y labores policiales, siempre bajo condiciones
muy limitadas. La participación de las Fuerzas de Autodefensa en la Autoridad Transitoria de la ONU en
Camboya (UNTAC) junto con los esfuerzos diplomáticos por parte de Japón contribuyeron a alcanzar los Acuerdos de Paz
de París de 1991. En mayo
de 1993, 53 miembros de las Fuerzas fueron enviados a Mozambique para
participar en la operación de mantenimiento de paz de la ONU en la ex-colonia portuguesa. Sin
embargo, el despliegue de personal de las Fuerzas fuera del país sigue siendo un
asunto controvertido, y algunos miembros del Partido Democrático de Japón, el principal
partido de la oposición, junto con otros grupos políticos del Parlamento, continúan oponiéndose a la movilización fuera de Japón del personal de las Fuerzas de Autodefensa, incluso en misiones de
rescate de ciudadanos japoneses.
El primer despliegue internacional realizado
sin el abrigo de las Naciones Unidas tuvo lugar en 2004. Las tropas fueron
enviadas a Irak como fuerza de paz. En 2005 asistieron durante un breve período al pueblo de
Indonesia tras el tsunami de diciembre de ese año.
En 2004, el Gobierno ordenó el despliegue de las tropas japonesas en Irak
a instancias de los Estados Unidos. El contingente de las Fuerzas de
Autodefensa acudió para asistir en las tareas de reconstrucción de Irak encabezadas por los Estados Unidos.15
Este controvertido despliegue marcó un punto de inflexión en la historia de Japón al ser la primera vez desde el fin de la II Guerra Mundial que el país enviaba tropas
al extranjero sin ser consecuencia de una resolución de las Naciones Unidas. Como el artículo 9 de la
Constitución de Japón prohíbe al país emplear la
fuerza militar excepto en defensa propia, esta intervención es considerada ilegal por algunos.[cita
requerida]
La opinión pública se encuentra
dividida respecto de este tema, especialmente si se tiene en cuenta que las
tropas japonesas están organizadas solamente como medio de defensa, y la operaciones en Irak
en el mejor de los casos apenas tienen este carácter. A pesar de todo, la administración Koizumi decidió enviar tropas
como respuesta a la petición de los Estados Unidos.14 Aunque se había desplegado armados, a causa de restricciones
constitucionales, las tropas fueron protegidas por fuerzas australianas. La
misión está en curso, estando
programado que permanezcan en Iraq al menos hasta el 10 de diciembre de 2007.
6 oficiales de la Fuerza Terrestre de
Autodefensa de Japón fueron enviados a Nepal la última semana de marzo de 2007 como parte de una misión de mantenimiento
de paz de la ONU para negociar el alto el fuego entre las fuerzas
gubernamentales y los rebeldes comunistas. En base al artículo 9, no estaban autorizados a participar en
operaciones de combate.16
En una reciente rueda de prensa, el Secretario
de Estado Nobutaka Machimura afirmó que los Ministerios de Defensa y Exteriores se encontraban en
conversaciones para crear una ley permanente que regulase el despliegue de las
Fuerzas de Autodefensa en misiones de paz fuera de Japón.17
Papel en la vida nacional[editar]
La Agencia de Defensa de Japón, consciente de
que no podría cumplir sus
programas sin el apoyo popular, prestó una enorme atención a la opinión pública. Aunque el
pueblo japonés seguía manteniendo un cierto recelo hacia cualquier tipo de fuerza armada, a
finales de los 80 el antimilitarismo se moderó en comparación con los primeros años de existencia de las Fuerzas de Autodefensa.
Por aquel entonces, estando aún fresca la terrible derrota en la II Guerra Mundial, gran parte de la
población había dejado de creer
que los militares podían mantener la paz o servir a la nación. A mediados de los 70, los recuerdos de la
guerra ya se habían diluido, y un creciente número de personas comenzaron a creer que el papel militar y diplomático de Japón debería reflejar su rápido crecimiento
económico. Al mismo
tiempo, dentro de la estrategia de la Guerra Fría, los Estados Unidos iniciaron una política de contención militar en el
Pacífico. En 1976 el
director general de la Agencia de Defensa Sakata Michita solicitó al Gobierno la
adopción del Programa
Nacional de Defensa para mejorar la calidad de las fuerzas armadas y definir de
forma más clara su papel
estrictamente defensivo. Para que este programa fuese bien recibido, tuvo que
aceptar la limitación del gasto militar al 1% del PIB y la prohibición de exportar armas y tecnología militar. El
programa fue finalmente aprobado por el gabinete, respaldo que fue confirmado
por las encuestas de opinión, que mostraban un 60% de aceptación popular. Durante los 70 y los 80, la calidad
de las Fuerzas de Autodefensa creció junto con el sentimiento público de aprobación de las mismas.
En noviembre de 1982, Nakasone Yasuhiro,
antiguo director general de la Agencia de Defensa, fue elegido Primer Ministro.
En su nuevo cargo comenzó a recibir presiones de los Estados Unidos y otras naciones occidentales
para modificar la política de defensa de Japón hacia posiciones más firmes en consonancia con el estatus de Japón como gran potencia económica y política mundial. Un fuerte sentimiento
antimilitarista permaneció en la opinión pública, sobre todo
en los partidos opositores. Nakasone escogió una solución de compromiso basada en el desarrollo gradual
de las Fuerzas de Autodefensa y un incremento progresivo del gasto militar. En
1985 fue presentado el Programa de Defensa a Medio Plazo. Aunque ese programa
contó con el respaldo
popular, sus objetivos no pudieron ser alcanzados al necesitar superar el gasto
militar el 1% del PIB para ello, limitación que seguía siendo del agrado de la opinión pública. Al
principio el Gobierno intentó solucionar el problema mediante el pago diferido, incluyendo únicamente en los
presupuestos los costes iniciales del material militar principal. Sin embargo,
a finales de 1986, se hizo obvio que ese techo del 1% tenía que ser superado de todas maneras. Así, el 24 de enero
de 1987, tras una reunión extraordinaria, el Gobierno decidió eliminar esta limitación al gasto militar. Una encuesta publicada en
marzo de 1987 indicaba que este movimiento supuso un desafío a la opinión pública: solamente el 15% aprobaba la eliminación de ese techo del 1%, mientras que el 61%
directamente lo rechazaba. Pese a todo, otro estudio encargado por la Oficina del
Primer Ministro en enero de 1988 mostró que un 58% de la población aprobaba el presupuesto militar de un 1,004 % del PIB para el
ejercicio fiscal 1987.
Durante el año 1987 el Gobierno japonés revisó las distintas maneras de colaborar con las fuerzas aliadas en la
protección de los buques en
el Golfo Pérsico. Fueron
consideradas diversas posibilidades, incluyendo el envío de dragaminas a la zona. Sin embargo, al
final, el gobierno determinó que el envío de cualquier tipo de fuerza militar al Golfo sería inaceptable para el pueblo japonés. En lugar de
ello, el Gobierno decidió enviar fondos para financiar la instalación de radiobalizas de navegación.
La valoración popular de las Fuerzas de Autodefensa continuó aumentando en los
80: en una encuesta de 1988 más de la mitad de los encuestados se mostraba interesado en las Fuerzas y
un 76% se mostraba favorablemente impresionados. Aunque la mayoría (63,5 %) era
consciente de que el objetivo principal de las Fuerzas de Autodefensa era el
mantenimiento de la seguridad nacional, un porcentaje aún mayor (77%) consideraba que la asistencia en
desastres naturales era su función más útil. Entre 1984 y
1988, a petición de los gobernadores de las prefecturas, las Fuerzas realizaron
aproximadamente unas 3.100 operaciones de ayuda en desastres naturales en las
cuales participaron 138.000 hombres, 16.000 vehículos, 5.300 aeronaves y 120 buques y otras
embarcaciones. Además las Fuerzas participaron en operaciones de prevención de desastres por
terremoto proporcionado gran cantidad de explosivos excedentes de la Segunda
Guerra Mundial, especialmente en Okinawa. Las Fuerzas también colaboraron en
obras públicas, eventos
deportivos, expediciones antárticas. Especialmente sensibles en cuando al mantenimiento de relaciones
con las comunidades cercanas a las bases, las Fuerzas construyeron nuevas
carreteras, regadíos y escuelas. También dotaron de aislamiento acústico a las casas y edificios públicos situados cerca de sus aeródromos. A pesar de estas medidas, la resistencia local a las
instalaciones militares sigue siendo fuerte en algunas aéreas
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